Omar Hernández es la cara familiar detrás de OMAR's, un club privado basado en un concepto propio de entretenimiento que desde hace un año se ha encargado de revolucionar la ciudad de Nueva York.
Probablemente el nombre Omar Hernández no produzca susurros nerviosos entre los que aseguran conocer de memoria la lista de los venezolanos más influyentes en Nueva York. Omar no es un jugador de beisbol, tampoco un actor, un modelo o un nuevo rico. Es la cara tras uno de los fenómenos de entretenimiento más importantes de los últimos meses en la ciudad que nunca duerme. Un venezolano que logró triunfar en el centro social y cultural del planeta y que mantiene intacto su amor por el hogar.
Ubicado en el sótano de un antiguo "brownstone" (nombre que distingue algunas de las propiedades más deseadas y costosas de Nueva York) en el West Village, sede en otros tiempos del Hotel Griffou y en los noventa del legendario restaurante Marylou's, OMAR's es un espacio de mil doscientos metros cuadrados dividido en dos secciones, el restaurante La Ranita -abierto al público- y el club -exclusivo para miembros- al que se accede a través de una diminuta puerta sin rótulo.
Tras la puerta, un espejo estratégicamente ubicado refleja el interior del club y los rostros de sus socios sin que estos últimos lo noten. Un recurso genial de mercadeo que solo años de trabajo en el negocio del entretenimiento y credenciales como responsable del "brillo y la atmósfera" en los hoteles boutique del magnate del lifestyle André Balazs pueden explicar. Omar aclara con humildad: "Desde mis comienzos en este rubro me dediqué a cultivar relaciones con personas que yo admiraba y respetaba. El mundo del entretenimiento social es muy efímero y hasta cierto punto muy superficial. La filosofía de OMAR's es tratar a nuestros miembros e invitados con gracia y respeto, por supuesto en un ambiente divertido y congenial. Nuestro concepto está basado en la filosofía del hogar, con la familiaridad y calidez que nos caracteriza a nosotros los venezolanos. Eso es irresistible y el público de Nueva York ha respondido muy bien".
Decir que el público ha respondido bien es quedarse corto. A menos de dos meses de su apertura OMAR's fue sede del afterparty del Consejo de Diseñadores de Moda de América -CFDA, por sus siglas en inglés. Sus 300 miembros, entre ellos jet setters, celebridades, inversionistas y royals que van desde veinteañeros hasta octogenarios, tienen en común ser "ciudadanos del mundo que trabajan duro y a los que les gusta pasarla bien". En una atmósfera donde la familiar frase "atendido por su propio dueño" adquiere un cariz casi sentimental, Omar revela su secreto para el éxito: "Hacer lo que te gusta con pasión y siempre tratar de mantener tu identidad y tu integridad profesional es lo más importante para ganarte a largo plazo la confianza y lealtad de todo el mundo".
Omar Hernández ha pavimentado el camino hacia el corazón de sus invitados con especial atención desde que era un niño. "Tenía 12 años si acaso y un domingo se me ocurrió la idea de hacer un viaje al Museo de los Niños en Caracas con mis amigos del colegio. Era el primer museo para niños de América Latina y la idea que estuviese en nuestro país era muy seductora, especialmente si vivías en Las Delicias, Maracay. Propuse que dijéramos a nuestros padres que íbamos todo el día a La Casa Italia para entrenar con el equipo de fútbol -afortunadamente en ese entonces el único celular que existía era el famoso ladrillo y con 12 años no podías (o querías) tener uno. Recuerdo que tomamos el autobús a Caracas y viajamos casi como polizontes. Eramos 'muy menores' para viajar solos y recuerdo que nos sentamos en el fondo del bus. Yo me encargué de hablar con el chofer para que nos dejara viajar y solo me indicó que cuando pasáramos cerca de las alcabalas nos agacháramos para que no nos viera la guardia. Para todos era la primera vez viajando solos en Venezuela y el llegar al Museo de los Niños y entrar fue una de las experiencias que hasta este día recuerdo con más cariño. Mirar con asombro todo ese universo de innovación y tecnología fue nuestro propio viaje a Epcot Center. En ese entonces Caracas era un paraíso vanguardista, me erizo al recordar cómo encendió nuestra imaginación. Mis amigos estaban asombrados con tanto ingenio y ver sus caras de sorpresa y curiosidad me hacia extremadamente feliz. En ese entonces, de una manera intuitiva, sabía que hacer feliz a la gente a mi alrededor era lo que más me llenaba".
Y el premio por hacer lo que más le gusta ha rendido frutos para Omar Hernández. En la atmósfera y el brillo que ha hecho de OMAR's el preferido de celebridades como Jake Gyllenhaal y Chelsea Handler destaca un recurso especialmente original de pertenencia y que refleja el espíritu inclusivo del venezolano en todo su esplendor: "La idea de mezclar a nuestros invitados es lo que hace a Nueva York única en el mundo. Esta ciudad se rige por la meritocracia. No importa de dónde vengas o a lo que te dediques, lo que importa es tu grado de excelencia y dedicación. Hace un par de meses vino a cenar Donna Karan, quien es amiga y miembro. En esa oportunidad hablé con su chofer y me pareció una de las personas más interesantes que he conocido. Le extendí una invitación a cenar cuando quisiese. Vino hace un par de semanas atrás a comer con su esposa para su cumpleaños, escuchar sus historias y anécdotas como chofer de dignatarios, presidentes y celebridades no tiene precio. Sentarle con mis invitados y mezclar a todos mis miembros con alguien así es una experiencia única, esos momentos tienen sabor a humanidad".
La cercanía y el encanto de la experiencia humana es una rareza en la oferta de entretenimiento en las grandes ciudades, especialmente en Nueva York. El encuentro familiar es, de hecho, una rareza para el neoyorquino promedio. "OMAR's se dicta por la filosofía de un hogar. Mis miembros e invitados, después de un año, se han convertido en mi familia en Nueva York. Tener el honor y privilegio de acoger a gente tan maravillosa e inspiradora ha sido lo más especial que me ha pasado en mi carrera. Conectarme con gente tan diversa y reencontrarme con viejos amigos y colegas y tener el privilegio de servirles y compartir en mi casa es algo que ha cambiado mi ADN social y espero que, de alguna manera, inspire a otros a crear espacios y plataformas que conduzcan a la interacción social y cultural para crear más belleza y camaradería en esta ciudad. Ver a amigos de todas partes del mundo que son miembros y tenerles cerca para escuchar sus historias es lo más emocionante que hay. Nuestra moneda es la conectividad, nuestra regla de oro para seleccionar a los miembros está basada en dos principios: amistad y confianza".
Coordenadas
Omar's
21 West 9th Street, NYC, New York
Telf.: 001 212-677-5242
Ubicado en el sótano de un antiguo "brownstone" (nombre que distingue algunas de las propiedades más deseadas y costosas de Nueva York) en el West Village, sede en otros tiempos del Hotel Griffou y en los noventa del legendario restaurante Marylou's, OMAR's es un espacio de mil doscientos metros cuadrados dividido en dos secciones, el restaurante La Ranita -abierto al público- y el club -exclusivo para miembros- al que se accede a través de una diminuta puerta sin rótulo.
Tras la puerta, un espejo estratégicamente ubicado refleja el interior del club y los rostros de sus socios sin que estos últimos lo noten. Un recurso genial de mercadeo que solo años de trabajo en el negocio del entretenimiento y credenciales como responsable del "brillo y la atmósfera" en los hoteles boutique del magnate del lifestyle André Balazs pueden explicar. Omar aclara con humildad: "Desde mis comienzos en este rubro me dediqué a cultivar relaciones con personas que yo admiraba y respetaba. El mundo del entretenimiento social es muy efímero y hasta cierto punto muy superficial. La filosofía de OMAR's es tratar a nuestros miembros e invitados con gracia y respeto, por supuesto en un ambiente divertido y congenial. Nuestro concepto está basado en la filosofía del hogar, con la familiaridad y calidez que nos caracteriza a nosotros los venezolanos. Eso es irresistible y el público de Nueva York ha respondido muy bien".
Decir que el público ha respondido bien es quedarse corto. A menos de dos meses de su apertura OMAR's fue sede del afterparty del Consejo de Diseñadores de Moda de América -CFDA, por sus siglas en inglés. Sus 300 miembros, entre ellos jet setters, celebridades, inversionistas y royals que van desde veinteañeros hasta octogenarios, tienen en común ser "ciudadanos del mundo que trabajan duro y a los que les gusta pasarla bien". En una atmósfera donde la familiar frase "atendido por su propio dueño" adquiere un cariz casi sentimental, Omar revela su secreto para el éxito: "Hacer lo que te gusta con pasión y siempre tratar de mantener tu identidad y tu integridad profesional es lo más importante para ganarte a largo plazo la confianza y lealtad de todo el mundo".
Omar Hernández ha pavimentado el camino hacia el corazón de sus invitados con especial atención desde que era un niño. "Tenía 12 años si acaso y un domingo se me ocurrió la idea de hacer un viaje al Museo de los Niños en Caracas con mis amigos del colegio. Era el primer museo para niños de América Latina y la idea que estuviese en nuestro país era muy seductora, especialmente si vivías en Las Delicias, Maracay. Propuse que dijéramos a nuestros padres que íbamos todo el día a La Casa Italia para entrenar con el equipo de fútbol -afortunadamente en ese entonces el único celular que existía era el famoso ladrillo y con 12 años no podías (o querías) tener uno. Recuerdo que tomamos el autobús a Caracas y viajamos casi como polizontes. Eramos 'muy menores' para viajar solos y recuerdo que nos sentamos en el fondo del bus. Yo me encargué de hablar con el chofer para que nos dejara viajar y solo me indicó que cuando pasáramos cerca de las alcabalas nos agacháramos para que no nos viera la guardia. Para todos era la primera vez viajando solos en Venezuela y el llegar al Museo de los Niños y entrar fue una de las experiencias que hasta este día recuerdo con más cariño. Mirar con asombro todo ese universo de innovación y tecnología fue nuestro propio viaje a Epcot Center. En ese entonces Caracas era un paraíso vanguardista, me erizo al recordar cómo encendió nuestra imaginación. Mis amigos estaban asombrados con tanto ingenio y ver sus caras de sorpresa y curiosidad me hacia extremadamente feliz. En ese entonces, de una manera intuitiva, sabía que hacer feliz a la gente a mi alrededor era lo que más me llenaba".
Y el premio por hacer lo que más le gusta ha rendido frutos para Omar Hernández. En la atmósfera y el brillo que ha hecho de OMAR's el preferido de celebridades como Jake Gyllenhaal y Chelsea Handler destaca un recurso especialmente original de pertenencia y que refleja el espíritu inclusivo del venezolano en todo su esplendor: "La idea de mezclar a nuestros invitados es lo que hace a Nueva York única en el mundo. Esta ciudad se rige por la meritocracia. No importa de dónde vengas o a lo que te dediques, lo que importa es tu grado de excelencia y dedicación. Hace un par de meses vino a cenar Donna Karan, quien es amiga y miembro. En esa oportunidad hablé con su chofer y me pareció una de las personas más interesantes que he conocido. Le extendí una invitación a cenar cuando quisiese. Vino hace un par de semanas atrás a comer con su esposa para su cumpleaños, escuchar sus historias y anécdotas como chofer de dignatarios, presidentes y celebridades no tiene precio. Sentarle con mis invitados y mezclar a todos mis miembros con alguien así es una experiencia única, esos momentos tienen sabor a humanidad".
La cercanía y el encanto de la experiencia humana es una rareza en la oferta de entretenimiento en las grandes ciudades, especialmente en Nueva York. El encuentro familiar es, de hecho, una rareza para el neoyorquino promedio. "OMAR's se dicta por la filosofía de un hogar. Mis miembros e invitados, después de un año, se han convertido en mi familia en Nueva York. Tener el honor y privilegio de acoger a gente tan maravillosa e inspiradora ha sido lo más especial que me ha pasado en mi carrera. Conectarme con gente tan diversa y reencontrarme con viejos amigos y colegas y tener el privilegio de servirles y compartir en mi casa es algo que ha cambiado mi ADN social y espero que, de alguna manera, inspire a otros a crear espacios y plataformas que conduzcan a la interacción social y cultural para crear más belleza y camaradería en esta ciudad. Ver a amigos de todas partes del mundo que son miembros y tenerles cerca para escuchar sus historias es lo más emocionante que hay. Nuestra moneda es la conectividad, nuestra regla de oro para seleccionar a los miembros está basada en dos principios: amistad y confianza".
Coordenadas
Omar's
21 West 9th Street, NYC, New York
Telf.: 001 212-677-5242
Fuente: Estampas / Geraldine Villasmil
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