Tal vez nadie sale ileso del estrés, esa sensación de amenaza que no siempre es bien manejada por quien la padece. Ahora bien, ¿quiénes son más vulnerables, los hombres o las mujeres? La psiquiatra Stefanía Aguzzi tiene una opinión...

Las razones abundan para experimentar negativamente el estrés: Desde dejarse llevar por un país cuya realidad puede abrumar en términos de seguridad y economía hasta por la insuficiencia del tiempo para atender los requerimientos personales.
El estrés, ese monstruo invisible que deja ver su cara menos grata en los efectos a la salud mental, espiritual y física, es definido por la Organización Mundial de la Salud como una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.
Este concepto, invocado por la psiquiatra Stefanía Aguzzi, sirve de entrada para que la especialista de la conducta humana aclare la razón por la cual la gente se estresa: "Nos estresamos porque, generalmente, asumimos más responsabilidades o tareas de las que realmente podemos manejar, con el tiempo que tenemos para ejecutarlas".
La doctora en psiquiatría sostiene que, con frecuencia, las personas pretenden que un día dure más de 24 horas, lo cual resulta imposible. "En consecuencia, al postergar los quehaceres, estos se acumulan y es cuando nos sentimos sobrepasados, dando inicio al estrés".
Aguzzi, egresada de la UCV como psiquiatra y vicepresidenta del Observatorio de Infancia y Adolescencia, recuerda que el estrés puede ser también positivo. "Esto sucede cuando la respuesta fisiológica del organismo es para protegernos de una situación amenazante".
Igualmente resulta beneficioso cuando, según dice, la persona interpreta que las consecuencias de la situación serán favorables para sus intereses. Pero, se torna negativo cuando la sobrecarga en el organismo puede incluso ocasionar enfermedades.
¿Quiénes se estresan más?
En torno a si son los hombres o las mujeres las principales víctimas del estrés, Aguzzi asegura que el asunto no es tan sencillo.
Menciona que, en torno al tema de género, un equipo de la Universidad de Filadelfia descubrió, en 2010, que las neuronas femeninas son más sensibles a las señales causadas por una hormona llamada corticotropina, responsable de generar el estrés. "En otras palabras, el cerebro femenino es casi el doble de propenso que el masculino a angustiarse".
En dicho estudio, llevado a cabo con roedores, se concluyó que los hombres son más sensibles al estrés que las mujeres, porque los estrógenos las ayudan a ellas a soportar mejor la tensión.
Especifica que la testosterona posee menor resistencia a las presiones emocionales, como demuestra que los fallos cardíacos sean más comunes en ellos que en ellas.
Por su lado, las mujeres afrontan el estrés de un modo más lógico y verbal, mientras que a los hombres les afecta a un nivel más profundo. "En definitiva, podríamos decir que nosotras –reafirma Aguzzi- nos estresamos más; pero, los hombres reaccionan peor".
Niños estresados
"Los niños se estresan cuando se sienten desprotegidos y amenazados", indica Stefanía Aguzzi. "O cuando sienten que algo pasa en casa y se le está ocultando".
Otro escenario que perturba la tranquilidad en los menores, es cuando estos creen que algo malo puede sucederles. Por lo regular, son pensamientos asociados a situaciones que para los adultos pueden incluso no ser lógicas.
Los niños también se inquietan cuando, según esta especialista, los padres están estresados, o atraviesan situaciones de violencia familiar, como los divorcios difíciles.
Ganarle al estrés
"Es a veces inevitable sufrir de estrés, aunque la clave es prevenirlo o, por lo menos, evitar que nos altere. Por lo tanto, el ejercicio diario constituye una excelente herramienta. Al realizar ejercicios activamos la serotonina con su consecuencia, sentirnos bien".
Otra recomendación de Aguzzi es evitar el consumo en exceso de cafeína, y aconseja dormir lo suficiente, organizar el tiempo, afrontar los problemas con lógica, buscando las alternativas de resolución a los conflicto, hacer lo que a cada quien le agrade (pintar, manualidades o leer) y delegar responsabilidades (aceptar que una persona no puede hacerlo todo)".
El estrés, ese monstruo invisible que deja ver su cara menos grata en los efectos a la salud mental, espiritual y física, es definido por la Organización Mundial de la Salud como una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.
Este concepto, invocado por la psiquiatra Stefanía Aguzzi, sirve de entrada para que la especialista de la conducta humana aclare la razón por la cual la gente se estresa: "Nos estresamos porque, generalmente, asumimos más responsabilidades o tareas de las que realmente podemos manejar, con el tiempo que tenemos para ejecutarlas".
La doctora en psiquiatría sostiene que, con frecuencia, las personas pretenden que un día dure más de 24 horas, lo cual resulta imposible. "En consecuencia, al postergar los quehaceres, estos se acumulan y es cuando nos sentimos sobrepasados, dando inicio al estrés".
Aguzzi, egresada de la UCV como psiquiatra y vicepresidenta del Observatorio de Infancia y Adolescencia, recuerda que el estrés puede ser también positivo. "Esto sucede cuando la respuesta fisiológica del organismo es para protegernos de una situación amenazante".
Igualmente resulta beneficioso cuando, según dice, la persona interpreta que las consecuencias de la situación serán favorables para sus intereses. Pero, se torna negativo cuando la sobrecarga en el organismo puede incluso ocasionar enfermedades.
¿Quiénes se estresan más?
En torno a si son los hombres o las mujeres las principales víctimas del estrés, Aguzzi asegura que el asunto no es tan sencillo.
Menciona que, en torno al tema de género, un equipo de la Universidad de Filadelfia descubrió, en 2010, que las neuronas femeninas son más sensibles a las señales causadas por una hormona llamada corticotropina, responsable de generar el estrés. "En otras palabras, el cerebro femenino es casi el doble de propenso que el masculino a angustiarse".
En dicho estudio, llevado a cabo con roedores, se concluyó que los hombres son más sensibles al estrés que las mujeres, porque los estrógenos las ayudan a ellas a soportar mejor la tensión.
Especifica que la testosterona posee menor resistencia a las presiones emocionales, como demuestra que los fallos cardíacos sean más comunes en ellos que en ellas.
Por su lado, las mujeres afrontan el estrés de un modo más lógico y verbal, mientras que a los hombres les afecta a un nivel más profundo. "En definitiva, podríamos decir que nosotras –reafirma Aguzzi- nos estresamos más; pero, los hombres reaccionan peor".
Niños estresados
"Los niños se estresan cuando se sienten desprotegidos y amenazados", indica Stefanía Aguzzi. "O cuando sienten que algo pasa en casa y se le está ocultando".
Otro escenario que perturba la tranquilidad en los menores, es cuando estos creen que algo malo puede sucederles. Por lo regular, son pensamientos asociados a situaciones que para los adultos pueden incluso no ser lógicas.
Los niños también se inquietan cuando, según esta especialista, los padres están estresados, o atraviesan situaciones de violencia familiar, como los divorcios difíciles.
Ganarle al estrés
"Es a veces inevitable sufrir de estrés, aunque la clave es prevenirlo o, por lo menos, evitar que nos altere. Por lo tanto, el ejercicio diario constituye una excelente herramienta. Al realizar ejercicios activamos la serotonina con su consecuencia, sentirnos bien".
Otra recomendación de Aguzzi es evitar el consumo en exceso de cafeína, y aconseja dormir lo suficiente, organizar el tiempo, afrontar los problemas con lógica, buscando las alternativas de resolución a los conflicto, hacer lo que a cada quien le agrade (pintar, manualidades o leer) y delegar responsabilidades (aceptar que una persona no puede hacerlo todo)".
Fuente: Estampas / Néstor Luis Llabanero
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