Por su perenne exposición a la humedad, bacterias y uso frecuente, es una de las zonas que requiere cuidados constantes para mantenerla en su punto.

La clave en el mantenimiento de esta área de la casa es no dejar períodos largos sin limpiar, sino más bien acostumbrarse a realizar toques diarios o constantes para evitar un deterioro masivo.
Aspectos como moho incrustado en juntas de cerámicas y paredes, inodoros manchados, restos de jabón, puertas de duchas o cortinas curtidas, griferías opacas y calcificaciones pueden evitarse si se combaten a tiempo. Además, la periodicidad evitará emplear productos cada vez más abrasivos, que de paso no necesariamente restituirán el brillo deseado de las piezas del área.
En primer lugar, provéase de los productos y elementos para comenzar la tarea: cepillos de dientes para limpiar juntas; esponjas no abrasivas y/o cepillos para restregar paredes, área externa del inodoro o lavamanos; cloro, detergente; limpiador antibacterial y cepillo largo para la poceta; vinagre o limón y bicarbonato; trapos varios para secar; coleto o mopa para secar el piso y esponjas diferenciadas según las áreas.
Luego proceda a sacar de la estancia el mayor número de cosas movibles como papeleras, estantes, cosméticos, toallas, esponjas para exfoliar la piel, sandalias para el agua, etcétera. Y comience a limpiar en orden el lugar: primero los sanitarios como lavamanos, inodoros tanto interior como exteriormente, griferías, repisas, jaboneras, para luego pasar a pisos y paredes.
Para continuar en esta tarea, algunos tips pueden ayudarle:
Remoje: es la clave no solo para emplear productos no abrasivos ni especializados y que igualmente funcionen, con lo cual también de seguro se ahorrará unos bolívares y empleará menos tiempo: el cloro actuará por sí mismo, por ejemplo, eliminando moho y bacterias y cuando vaya a restregar, la mitad del trabajo se habrá realizado solo. Esto vale sobre todo para el lavamanos, ducha o bañera. Hágalo durante una media hora. En el caso de las jaboneras, remójelas dentro de un envase con agua y cloro; luego restriegue y seque.
Actúe a tiempo: la mejor manera de actuar es realizar un mantenimiento constante; las puertas de la ducha, por ejemplo, se mantienen mejor si después de cada baño, aún con el grifo del agua caliente abierto, las restriega internamente con una esponja suave; le tomará solo unos minutos. Igual sucede con jaboneras, portacepillos e incluso las piezas sanitarias: lávelos con frecuencia, para lo cual deberá tener a mano esponjas sintéticas y algún detergente o desinfectante. Si tiene cortina, lávela al menos una vez al mes, tenga o no moho; añada unas goticas de cloro al lavado final (si es de fibra textil, puede hacerlo en la lavadora).
Productos de la alacena: elementos cotidianos en la cocina como el bicarbonato, limón, vinagre y agua caliente son especiales para manchas. Las llaves de la regadera y otros grifos quedan impecables si se les pone vinagre caliente con un trozo de algodón y se deja un rato, luego se restriegan con esponja y se lavan con un cepillo. El agua oxigenada también ataca el moho.
Puertas de ducha: si el marco es de aluminio, no emplee vinagre para limpiarlo pues lo pone negro; solo use jabón líquido o en crema. Si son acrílicas o plásticas y tienen canales, cepíllelas con una mezcla de jabón y cloro, enjuague, seque y pase por la superficie un paño seco con un poco de aceite de bebé.
El olvidado: si no lava el tanque de la poceta con frecuencia, de seguro se irá manchando a través del tiempo el interior del inodoro, pues el agua que se acumula allí trae tierra y otros residuos, salvo que tenga un filtro de paso rápido para todo el sistema de suministro. Vacíelo y con un envase rociador aplique cloro dentro de las paredes; deje remojar un poco, cepille bien y enjuague.
Manchas rebeldes: si luego de remojar el inodoro durante media hora con cloro todavía persiste el color amarillo, emplee un producto especial para este fin o recurra a propuestas populares como remojar con soda y bicarbonato –mejor le saca todo el agua interna-, con refresco de cola negra o con una mezcla de trementina (se obtiene en tiendas de arte o ferreterías) y sal.
Costras de jabón: se acumulan en varias partes de esta área; para eliminarlas puede emplear una mezcla de agua oxigenada y bicarbonato; se hace una pasta, se frota con un cepillo y luego se enjuaga bien con agua.
Olores: es esencial mantener activo un buen extractor; colocar un spray u otro producto para disipar olores puntuales. Si unta unas gotas de aceites esenciales en los focos, se esparcirá un rico aroma cuando encienda las bombillas, pues el calor activará las fragancias.
Finalmente, vigile que no existan fugas de agua, que se mantengan desatascados los minúsculos canales de las regaderas para garantizar un flujo constante y sobre todo, no olvide decorar su baño pues el buen gusto también debe imperar aquí
Fuente: Estampas / Carmen Isabel Maracara
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