23 septiembre 2014

El cuidador es una víctima secundaria del Alzheimer

Suelen padecer de depresión, ansiedad, dolores y agotamiento físico.


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Alimentar, asear y medicar son algunas de las labores que el cuidador de una persona con demencia tipo Alzheimer debe ejecutar cada día. Este quehacer cotidiano, de por sí difícil, suele complicarse aún más con la progresión continua de la enfermedad. Esta situación, aunada con el poco tiempo disponible, repercute a largo plazo en los cuidadores, causándoles desgaste físico y emocional. 

"Es poco común que una familia se organice para compartir el cuidado de alguien con Alzheimer. El cuidador suele ser una persona con algún vínculo personal y un compromiso moral muy arraigado con el paciente", comentó la psiquiatra Yenny Fermín. 

También destacó que, aunque estas personas tengan la mejor disposición para atender al paciente, con el tiempo esta responsabilidad puede causar depresión, ansiedad, dolor de espalda, lumbar y agotamiento físico generalizado. 

Son precisamente el desgaste físico y emocional, los principales síntomas que inician el llamado síndrome del cuidador quemado, lo cual denota también la presencia de un estado de estrés crónico en las personas a cargo del paciente. Al manifestarse estas complicaciones, la psiquiatra enfatizó que se debe buscar ayuda psicológica para contar con herramientas que permitan soportar la carga emocional que implica encargarse de otro humano. 

Fermín sugirió que los cuidadores deben programar sus descansos, dormir suficiente, hacer actividad física con regularidad, establecer recesos durante el día, practicar deporte y formar parte de grupos de apoyo: "Estos son muy buenos, ya que se comparten experiencias y consejos".

Fuente: El Universal 

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