Saber aprovechar el lado positivo de la rutina diaria ayuda a la salud emocional.
La rutina diaria está llena de cosas que pueden hacer que las personas se sientan mejor y más sanas. El secreto, según dice a especialista en Salud Emocional Marianella Herrera, está en aprender a disfrutar cada detalle por pequeño que parezca.
Por ejemplo, "es muy bueno compartir con los abuelos y enseñarles algo nuevo como usar Internet", explica Herrera. Este acercamiento fortalece la relación y genera sentimiento de bienestar, lo que redunda en la buena salud.
Llamar a un amigo que está lejos, hablar con el mejor amigo como cuando eran adolescentes y compartir un rato con la mascota mejora el estado mental. Herrera apunta que "cuando la gente se dedica tiempo de calidad suele ver el lado positivo de las cosas y eso nos ayuda a ser creativo y más eficiente".
Leer es otra buena idea. Dice Herrera que la costumbre de leer antes de dormir funciona como un aviso para el cerebro y el cuerpo, manda señales de que ya es tiempo de descansar. Eso ayudará a dormir profundamente y despertar más relajado.
Además gracias a la lectura aumenta el vocabulario y conocimiento sobre diversos temas lo que hace más sencillo relacionarse con otras personas y entablar conversaciones interesantes.
Hacer ejercicio también ayuda. Según la especialista, realizar actividad física al menos durante 150 minutos a las semana pues la mente se concentra en "ese momento" y no en eventos estresantes, produciendo alivio por un tiempo y despejando la mente.
En paralelo, la buena alimentación aporta calidad de vida que repercute sobre el estado emocional. "En muchas ocasiones las personas están ansiosas tienden a comer de más, sin embargo también se debe tomar en cuenta las personas que dejan de comer por estrés, presión o cualquier estado de ánimo", expresa.
Otro punto clave es la forma de expresarse. "Siempre es más sano expresar los sentimientos aunque sean negativos como rencor y celos. Hay que permitir sentir y expresar con palabras las emociones y tener claro que las vivencias agresivas no se pueden llevar a la práctica, pero sí se pueden expresar y contar" destacó la especialista Marianella Herrera.
Fuente: El Universal
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